Qué es la ruta de devolución

Descubre qué es la ruta de devolución y por qué te conviene usarla.

Entender la ruta de devolución

La ruta de devolución se utiliza para procesar los rebotes de tus mensajes y se establece en el encabezado del email. En ella se define cómo y dónde se tratan los emails rebotados. Esta ruta también se denomina ruta de retorno, return-path o reverse path y es una dirección SMTP distinta de la de envío.

El remitente puede utilizar esta ruta para especificar una dirección determinada a la que enviar las notificaciones de rebote, en vez de ocupar espacio en la de envío o en la de respuesta.

Además, tener establecida una ruta de devolución incluso puede contribuir a una mejor entregabilidad. Merece la pena pararte a comprobar si tus campañas de email marketing tienen configurado este elemento.

Por qué es importante la ruta de devolución

Establecer una ruta de devolución es importante para todos los remitentes, pero aún más en el caso de envíos masivos de email marketing. Incluso con las listas de contactos más limpias del mundo, hay que contar con la posibilidad de algún rebote, y la ruta de devolución ofrece a estos últimos un sitio específico al que ir, en vez de ocupar espacio en la bandeja de entrada desde la que envías.

Una vez que tienes configurada la ruta de devolución, si ves que te aparecen muchas notificaciones de rebote, deberías plantearte limpiar tu lista de contactos con una herramienta de verificación.

Asimismo, añadir a tus mensajes una ruta de devolución incrementa tu credibilidad a los ojos de proveedores de buzones de correo electrónico, como Gmail, Yahoo o Hotmail. Estos últimos, en su proceso de filtrado, suelen examinar si hay ruta de devolución, por lo que incorporarla en tus campañas de email puede impulsar tu entregabilidad y mejorar tu calificación como remitente. Como las bandejas de entrada subdivididas —como la de Gmail, con sus pestañas de Principal, Social y Promociones— son cada vez más comunes, mejorar tu posicionamiento de entrada con señales positivas como esta puede marcar la diferencia que decida dónde acaba tu mensaje.

El dominio de la ruta de devolución tiene que coincidir con el del campo de remitente (“from”). Hay que presentarse ante el proveedor del buzón destinatario de una manera coherente, que no dé la impresión de que puedas estar intentando algo sospechoso.

Cómo funciona la ruta de devolución

Los proveedores de servicios de correo electrónico, para verificar tu identidad como remitente, analizan tus emails de muchas maneras distintas. Una de ellas es mediante consultas de los protocolos SPF y DKIM con respecto a tu dominio. Otra forma similar, el protocolo DMARC, un proceso de autenticación del email que se creó para evitar el phishing, utiliza específicamente la ruta de devolución, permitiendo comprobar si el nombre del remitente y la ruta de devolución coinciden.

Cuando tú tienes cubierto este aspecto, estás dando al servicio de correo una importante señal de que tus mensajes son legítimos. No obstante, la ruta de devolución no es una varita mágica que resuelva todos los problemas de entregabilidad que puedas tener. Muchos proveedores de servicios de envío de emails te permiten configurar la ruta de devolución de forma personalizada, pero muchos otros te ponen una automáticamente.

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